Oye.. pero primero respondenos
Noticias | 13 de octubre de 2023
Estrategias como el ayuno intermitente, el bajo contenido de carbohidratos, los aeróbicos en ayunas y la restricción de carbohidratos en un período del día (mañana o tarde) no son superiores a las estrategias convencionales, como los aeróbicos sin ayuno, comer con frecuencia y una dieta baja en grasas (según la mayoría de la evidencia). . Para los profesionales más conservadores, esto puede significar que son inútiles y no deberían utilizarse.
En mi punto de vista, este tipo de mentalidad también es errónea, ya que ignora aspectos que muchas veces no se tienen en cuenta en los estudios, como la respuesta individual, la adherencia y las adaptaciones en el metabolismo con la pérdida de peso. Los dos primeros se suelen tener en cuenta, el último rara vez. En otras palabras, cambiar la estrategia dietética durante un proceso de pérdida de peso puede promover resultados diferentes a los que se esperarían al utilizar la misma estrategia en una situación normal, cuando la persona está iniciando un proceso de pérdida de peso.
Las estrategias que ciclan los carbohidratos y las calorías tienen en cuenta esta dinámica metabólica; de lo contrario, deberíamos simplemente abogar por un déficit de calorías para todos y aumentar el gasto energético con la actividad física. No hay duda de que el déficit energético es lo más importante para promover la pérdida de peso/grasa, pero centrarse sólo en esta estrategia simplista también es un error, ya que cuanto más peso se pierde, mayores serán los efectos de las adaptaciones metabólicas, que hacen que nuestro El metabolismo se ralentiza (termogénesis adaptativa) y aumenta el hambre (reducción de leptina, aumento de grelina, etc.). Estas adaptaciones fisiológicas dificultan grandes pérdidas de peso y favorecen la recuperación de peso (efecto acordeón).
Esto no significa que sean necesarias estrategias sofisticadas para perder peso. Al inicio de un proceso de pérdida de peso lo básico funciona muy bien, pues para un individuo sedentario y con malos hábitos alimentarios, simples ajustes en la dieta y la actividad física ya marcan una gran diferencia, mejorando la sensibilidad a la insulina, la saciedad y favoreciendo el déficit energético. Además, una estrategia que conduce a un cambio radical en la dieta tiende a promover poca adherencia a largo plazo. Las estrategias mencionadas al principio pueden resultar de gran utilidad en la pérdida de peso si consideran la respuesta y adherencia individual.
Abrazos,
Nutricionista Erick Pinheiro